La vida es extraña, llena de agradables sorpresas. nunca sabes a quien puedes encontrar en el lugar más inesperado. cuando te conocí, hace ya casi un mes, nunca podría haber imaginado que pasarías a ser una de las personas más importantes de mi vida. en pocos días, en apenas unas semanas, te has convertido en amigo, confidente, amante... no sé a donde nos llevará el camino que hemos tomado, no sé si acabará entrelazando o si se separará, pero cada día pisas más fuerte en él.
Ayer fuiste capaz de convertir una tarde lluviosa de abril en una de las mejores tardes de toda mi vida. descubrí en ti a una de las personas más sencillas pero interesantes que he conocido jamás, una persona con un corazón que no cabe en el pecho, una persona con mucho cariño y amor en su interior, pero, al mismo tiempo, con un miedo a darlo y a recibirlo enorme.
El camino que has recorrido hasta hoy ha sido muy duro, lo entiendo, y el que estás recorriendo hoy está siendo difícil, la mochila tiene que pesar mucho pero, ¿no cres que sería mucho más fácil llevar la mochila entre dos?
Ayer, conforme pasaban los minutos, tus ojos y tu sonrisa mostraban una felicidad que aún no había visto reflejada en ti en el poco tiempo que nos conocemos. de tus labios salían palabras muy bonitas, sentimientos ocultos..., cada minuto que pasaba observándote y escuchándote, acariciándote o sintiéndote, un trocito más de mi corazón te pertenecía. me perdí entre tu mirada, entre tus susurros, entre tus caricias, entre tu sonrisa..., hasta entre tus lágrimas. conseguiste que, durante un buen rato, solo existiera la lluvia, nuestras copas de vino, y tu compañía..., el resto..., nada.

Y luego..., pasó. ese conjunto de sensaciones se transformó en pasión y cariño. a solas, en tu cama, te vi. te vi de verdad. me entregué a ti, te entregué todo mi amor y todo mi cariño, toda mi pasión se dirijió hacia ti. puedo decir, casi con toda seguridad, que a ti te pasó lo mismo. no puedo explicar con palabras todo lo que me hiciste sentir, solo puedo explicarlo con nuestras miradas, nuestras sonrisas, nuestras caricias... el mundo se detuvo durante más de dos horas. los instantes en los que sentía que éramos uno fueron maravillosos, esos momentos en silencio, abrazados..., deseaba con toda mi alma que no finalizarán nunca. por primera vez en mucho tiempo, volví ha hacer el amor de verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario