-La atraigo hacia mí. Le beso el cuello, se echa el pelo hacia atrás y yo, pequeño vampiro, sigo lamiéndola mientras la saboreo, su perfume, su respiración. Mi mano parece avanzar sola, por sus caderas, por su cintura, entre sus piernas, en su frente de vida. La noto suspirar despacio, después ligeramente mas de prisa, mientras se agita entre mis brazos casi bailando, dulcemente, arriba y abajo, sin pensar, una tranquilidad y serenidad que me hacen sentir incómodo. Y por si no bastara, mientras muebo la mano para coger nuestra seguridad...

-Deja, quiero hacerlo yo.
-Soy yo el que tiene que ponérselo.
-Lo sé..., imbécil. ¿Quieres saber cuántos he puesto? Espera, déjame pensar...
-No quiero saberlo
-Éste es el decimoseto que pongo
-Ah, menos mal
-¿Poqué?
-Bueno, si fuera el decimoséptimo, me preocuparí, ¡ trae mala suerte !
No me combence pero hace que me divierta. Lo abre como si fuera un caramelo, prueba con las uñas pero no puede, se lo lleba a la boca y esta vez lo hace con malicia.
-Estáte tranquilo..., no me lo voy a comer.
Un tirón decidido y está allí entre sus manos. Lo gira y lo vuelve a girar sonriendo.
-Es ridículo...
Es todo lo que dice. Después muebe la cabeza hacia mí.
-¿Y ahora?
Desnudo, estiro las piernas y ella me acaricia despacio, arriba y abajo y despues me lo pone tranquila.
-¿Lo he hecho bién?
-¡ Demasiado !
Pero no digo nada mas. Ahora, astronauta perfecto de este viaje entre conjunciones astrales bajo un cielo estrelado, encima de una mujer encantada, entre ruínas del pasado y en el placer del presente.
Galaxia. Interespacio. Naturaleza. Perfumes. Nada salvaje... Un poco de resistencia, quizá demasiada. Es raro. Avanzo mientras ella cierra lso ojos.
-El banco está frío.
Pero se deja ir estirando completamenter la espalda y lebanta un poco las piernas ayudándome.
-Ay
-¿Te ago daño?
-No, no te preocupes...

Un gemido más fuerte y ahora es mía. Resulta extraño pensarlo. Es mía, mía. Mía hoy, mía ahora... Mía en este momento, sólo mía.
Me dá por pensarlo. Mía. Mía para siempre... Quizá. Pero ahora sí. Ahora es amor... Dentro de ella. Y aún mas, y otra vez, y aún mas, sin para... Ahora sonríe, sulcemente, sin pensarlo demasiado.

-Step, tengo ganas de tí
-¿Que has dicho?
-No me tomes el pelo.
-No, te juro que no te he entendido
-Step, tengo ganas de ti...